MI BANJO: la historia de Salvador Sánchez Mónaco
Apenas despertaba a la vida y al amor, cuando para una fiesta del Estudiante en el Colegio Agustin Garzón Agulla y como "cosa novedosa", se me ocurrió aparecer con un "bicho exòtico". Era de mango largo y una caja muy sonora, con parche de cuero estridente.
En esa época en Córdoba, todos queríamos parecernos a John Lennon o Paul Mc Cartney , pues era el furor de los Beatles.
En esa época en Córdoba, todos queríamos parecernos a John Lennon o Paul Mc Cartney , pues era el furor de los Beatles.
Ignoraba que el puente tenia que ver con la afinación y precisión de las notas en los trastes. Tambien ignoraba todo acerca de la afinación y el modo de ejecución. Pero tenía a mi favor haber estudiado guitarra en el Conservatorio Provincial y ser buen percusionista (batería,bombo leguero,etc.).
Para esa fiesta del Estudiante cantamos con un grupo y la "anécdota", es que en realidad, hice mímica todo el tiempo y nada más, porque el banjo y yo no nos pusimos de acuerdo en todo el día. Pero paradojicamente a partir de ese momento me "picó" para toda la vida y se instaló en mi corazón. Luego cuando nació mi primer hijo varón, con el cheque por nacimiento compré un vestido precioso para la madre y un BANJO de seis cuerdas marca Ecco. Lo compré en Burmeistein y Lamberguini, una casa de música y lo tocaba igual que la guitarra.
La historia cambia cuando llego a Mendoza, allá por el año 1978, y conozco dos eximios BANJOISTAS: Luis Restom, y Johnny Orozco.
Hoy el que me acompaña es un banjo de cuatro cuerdas (en total tuve cuatro banjos, dos hechos dos por mí) y en la actualidad tengo además un banjo mandolina de 10 cuerdas. primeras 3 segundas 3, terceras 2 y cuarta 2 .- La historia puede seguir indefinidamente pues hay toda una trama que enlaza mi vida, con este instrumento con vida propia.
Hermanos Banjoistas los abrazo muy cordialmente a vuestras órdenes.- Salvador Sànchez Mónaco.
(*) Por Salvador Sánchez Mónaco -Mendoza-Argentina
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